Ansiedad sexual: cuando el miedo se mete en la cama

La ansiedad sexual es una forma específica de ansiedad que aparece en contextos de intimidad, pudiendo surgir antes, durante o incluso después de la actividad sexual.
La ansiedad sexual se trata de un problema muy común en nuestra consulta debido a las grandes repercusiones que provoca por lo que trataré de abordar los puntos principales.

En este artículo te voy a hablar de:

¿Cómo se manifiesta la ansiedad sexual?

Cada cuerpo y cada mente lo expresa a su manera, pero hay señales que se repiten:

  • Te cuesta excitarte o mantener la excitación.
  • Evitas el sexo, aunque lo deseas.
  • No puedes concentrarte durante el encuentro.
  • Tienes disfunciones sexuales sin causas físicas claras.
  • Sientes que no vas a estar “a la altura”.
  • Tu cuerpo se tensa, duele o se cierra.
  • Te bloqueas al iniciar algo con alguien nuevo.

 

A veces también aparecen síntomas físicos como la sudoración, taquicardia, sequedad vaginal o respiración entrecortada.

Nota del autor: Recuerdo perfectamente la primera vez que alguien me habló de ansiedad sexual fuera del entorno clínico. Fue un amigo cercano, durante una charla de madrugada, copa en mano. Me confesó que evitaba acostarse con personas nuevas porque el “miedo a fallar” lo dejaba paralizado. Yo ya era psicólogo en ese momento, y, sin embargo, me pilló por sorpresa. No por lo que contaba —lo había escuchado muchas veces en consulta—, sino por cómo lo decía: con vergüenza, bajando la voz, como si fuera algo sucio o patético. Me di cuenta de que incluso entre amigos, incluso entre hombres, incluso entre profesionales de la salud mental, nos cuesta hablar de esto sin sentirnos rotos.

¿Por qué aparece la ansiedad sexual?

No hay una única causa, pero sí patrones que se repiten mucho en consulta:

  • Tener creencias rígidas sobre cómo “debería” ser el sexo.
  • Sentirse obligado/a a complacer o rendir siempre.
  • Haber recibido una educación sexual pobre o nula.
  • Haber vivido experiencias sexuales negativas o traumáticas.
  • Tener una autoestima frágil o inseguridad con el cuerpo.
  • Haber pasado por disfunciones sexuales anteriores.
  • Dificultades para comunicar lo que se siente o se desea.
  • Ansiedad generalizada, estrés o trastornos emocionales.

Nota del autor: En terapia a veces escucho frases como: “Mi cuerpo va por un lado y mi cabeza por otro”. Y es exactamente eso.

¿Cómo afecta la ansiedad sexual a la pareja?

Cuando hay ansiedad sexual, no solo sufre la persona que la vive. También su pareja.

  • La otra persona puede sentirse rechazada aunque no lo sea.
  • Puede creer que “ya no le atraigo”.
  • Puede frustrarse, insistir o presionar sin saber que eso empeora todo.
  • A veces se crea un silencio incómodo, donde nadie dice nada por miedo a herir.
Ansiedad sexual

¿Qué hacer si crees que tienes ansiedad sexual?

El primer paso es reconocerlo. Tener ansiedad no te hace débil, raro ni menos válido como amante o como persona. Es una señal de que hay algo dentro de ti que necesita ser escuchado, comprendido y atendido.
Aquí van algunas cosas que puedes empezar a hacer:
No te exijas perfección: El sexo no es un examen. Se puede parar, reír, llorar, improvisar… y seguir disfrutando.
Habla con tu pareja: A veces, solo decir “esto me asusta” ya es un alivio. Compartirlo con tu pareja puede transformar la experiencia.
Cuida tu salud mental: La ansiedad sexual suele ir acompañada de otras ansiedades, estrés o autoexigencia. Mereces atender todo eso.
Pide ayuda profesional: Pedir ayuda no es rendirse. Es apostar por ti, por tu cuerpo, por tu deseo. En terapia sexual trabajamos contigo (y con tu pareja si lo deseas) para encontrar el origen de la ansiedad y devolver al sexo su lugar: el del disfrute.

¿La ansiedad sexual tiene solución?

Nota del autor: Sí y lo digo con total seguridad.

Con ayuda profesional, herramientas adecuadas y tiempo, puedes reconectar con tu cuerpo, tu deseo y tu libertad.


En Conexo, tratamos casos de ansiedad sexual con un enfoque integral, abordando el comportamiento sexual, los pensamientos limitantes, los miedos y la relación con uno mismo y con la pareja. Nuestra prioridad es que vuelvas a disfrutar de tu cuerpo y de tus relaciones sin miedo, sin presión, sin culpa.


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Ricardo Pérez

Psicólogo general sanitario y sexólogo especialista en terapia de pareja, terapia sexual y gestión emocional. 

Nº de colegiado: 26245

«El sexo no es solo piel: es conexión, presencia y escucha.»

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Soy Ricardo, psicólogo y sexólogo de Conexo.
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