Las causas del dolor coital (vaginismo y dispareunia) pueden ser orgánicas o psicofisiológicas, requiriendo una evaluación personalizada para identificar la naturaleza específica de cada caso. Aunque las causas varían, hay procesos comunes, como el miedo a la práctica sexual, que puede contribuir al inicio y mantenimiento del problema.
El miedo al dolor durante la actividad sexual puede surgir a partir de experiencias previas dolorosas o no deseadas. Esto lleva a un estado de nerviosismo y tensión durante las relaciones sexuales, promoviendo la contracción involuntaria de los músculos pélvicos, la dificultad de penetración con cualquier elemento y el surgimiento de sensaciones dolorosas. Esta situación refuerza el temor anticipatorio, limitando la vivencia de la sexualidad compartida y generando conductas de rechazo o evitación.
Además del componente individual, la dinámica de pareja desempeña un papel crucial en el tratamiento del dolor coital (vaginismo y dispareunia). Fruto de la acumulación de experiencias sexuales no satisfactorias donde la tensión y el dolor han obligado a parar la relación sexual o desarrollar una sexualidad más controlada, la pareja puede malinterpretar este hecho. Reacciones poco adecuadas por parte de la pareja, pueden ser interpretadas como presión y promover nuevas conductas de evitación.
Si el vaginismo o la dispareunia no se trata, cada intento fallido de mantener relaciones sexuales satisfactorias, puede aumentar la frustración personal y de la pareja, así como, el distanciamiento emocional de la relación. Este círculo vicioso puede culminar en muchos casos la ruptura de la relación.
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