Tristeza tras el sexo:
Entendiendo la disforia postcoital

La disforia postcoital hace referencia a la presencia de emociones negativas como tristeza, vacío o irritabilidad tras un acto sexual, incluso siendo considerado como consensuado y placentero. 

En este artículo te voy a hablar de:

¿Cuáles son las causas de la disforia postcoital?

La tristeza tras el sexo, o disforia postcoital, es un fenómeno complejo que no tiene una causa única, sino que puede verse influido por condiciones físicas, psicológicas relacionadas con el momento presente o con las experiencias previas. 

Cambios neuroquímicos y hormonales

El cuerpo humano experimenta una serie de cambios neuroquímicos tras la actividad sexual, que pueden influir en las emociones. Durante el sexo y el orgasmo, se liberan hormonas como la dopamina y la oxitocina, que generan una sensación de placer y conexión. Sin embargo, una vez que estos niveles disminuyen rápidamente tras el clímax, algunas personas pueden experimentar sensaciones de vacío o bajón emocional. Además de ello, el equilibrio entre otras sustancias químicas del cerebro, como la serotonina, también puede desempeñar un papel en la aparición de emociones displacenteras.

Factores psicológicos y emocionales

La disforia postcoital puede estar vinculada a estados emocionales previos al encuentro sexual como el estrés y la ansiedad. También, puede darse en personas que han sufrido algún tipo de experiencia traumática relacionada con la sexualidad ya que inconscientemente, pueden asociar la intimidad con sentimientos como la tristeza o la vulnerabilidad. Además, alteraciones a nivel psicológico como la depresión o el trastorno de ansiedad generalizada pueden intensificar las respuestas emocionales displacenteras tras el encuentro sexual. 

Experiencias displacenteras

Experiencias displacenteras relacionadas con el área de la pareja y la sexualidad puede afectar a la percepción del sexo y dificultar la capacidad de disfrute. También, las expectativas poco realistas o estado de tensión o presión en la relación de pareja pueden promover la insatisfacción emocional después del acto sexual. 

Tristeza tras el sexo: Entendiendo la disforia postcoital 1

¿Cuáles son las consecuencias de la disforia postcoital?

La disforia postcoital no solo afecta a la persona que la experimenta, sino también a la pareja y la vida sexual conjunta. 

Uno de los efectos más comunes es el surgimiento de emociones como la inseguridad, la culpa o el rechazo en la relación. La persona que lo sufre puede sentirse mal consigo misma al sentir “algo está mal conmigo”, mientras que la pareja puede interpretar esta reacción como falta de interés o insatisfacción con el encuentro sexual, promoviendo la presencia de conflictos, así como, reducir la frecuencia de los encuentros sexuales

Además, la presencia de emociones displacenteras puede contribuir al surgimiento de disfunciones sexuales a largo plazo, como la falta de deseo, así como, agravar problemas preexistentes relacionados con la salud mental como la depresión, el estrés.

¿Qué estrategias hay para abordar la disforia postcoital?

La disforia postcoital puede ser una experiencia difícil, pero hay ciertas claves para poder entenderla y gestionarla reduciendo su impacto en la vida sexual y de pareja. 

Reflexión personal y autoconocimiento

Observar las emociones y sensaciones físicas tras los encuentros sexuales ayuda a identificar patrones y posibles causas. Llevar un diario de estas experiencias permitirá identificar la presencia de desencadenantes internos como pueden ser emociones reprimidas, o desencadenantes externos como pueden ser conflictos con la pareja. Comprender estas señales permite entender sus emociones y promover la búsqueda de ayuda eficaz.  

Comunicación abierta con la pareja

Hablar abiertamente sobre la disforia postcoital con la pareja evita las mal interpretaciones del fenómeno y refuerza la conexión emocional de la relación. Además, cuando esta comunicación se desarrolla sin juicios, ni reproches promueve la presencia de emociones placenteras, así como, el desarrollo de búsquedas de solución conjuntas.

Terapia sexual.

Cuando las emociones displacenteras se presentan de forma recurrente tras las relaciones sexuales, acudir a un psicólogo y sexólogo es la mejor opción. La terapia sexual ofrece un espacio seguro para identificar y abordar las causas de la disforia postcoital, promoviendo una relación más satisfactoria con el sexualidad individual y conjunta.

Autocuidado y regulación emocional

Implementar estrategias de autocuidado después de la actividad sexual como ejercicios de respiración o meditación puede ayudar estabilidad y equilibrar el estado anímico y reducir las sensaciones displacenteras. 

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